Hace 10 días que había llegado a San Sebastián, cuando se me ocurrió algo muy interesante. Era el domingo por la tarde, dos amigas brasileñas y yo estábamos caminando por la ciudad y decidimos comer algo. Mientras estábamos buscando un buen lugar para comer, hemos empezado a darse cuenta de que había mucha gente en la calle y que estaban esperando algo. Creemos que personas estaban esperando a ver a los jugadores de equipo Real Madrid que estaban en la ciudad para un partido de fútbol. ¡Que tontería!
Mientras caminábamos por el calle Boulevard, llegaron más personas. Cuando vimos, estábamos rodeados de gente, no conseguimos salir de donde nos detuvimos. De repente, una banda comenzó a tocar y nos dimos cuenta de que todas las personas que estaban presentes comenzaron a cantar. Pronto nos dimos cuenta que era el himno de San Sebastián. Después de algún tiempo, le pedimos a una dama lo que estaba sucediendo.
Ella nos dijo que era el 31 de agosto, una fecha que conmemora la ciudad de San Sebastián, donde recuerda sobre un incendio que destruyó la ciudad entera en el año 1813. Mientras la banda tocaba, acontecía un desfile cívico, donde muchas personas desfilaban con instrumentos musicales, trajes típicos y accesorios.
El desfile siguió hasta el mercado de La Bretxa, y ocurrió una pelea escenificada entre donostiarras y francés. Había mucho ruido, humo y fuego. Al principio estábamos un poco asustadas, pero luego nos acostumbramos a las ráfagas de fusil. Después el desfile siguió las históricas calles del barrio de la Parte Vieja, donde poco después se produjo una concentración en la Plaza de la Constitución con más música.
Al anochecer, el desfile llegó a Plaza Zuloaga, (próximo al Museo de San Telmo) donde tuvo lugar el escenario final, la lucha final entre las dos partes en guerra donde él poco después, simbólicamente, si encendieron fuegos rojos en alusión al fuego.
A continuación, el desfile se procedió a la Calle 31 agosto, la calle más antigua de la ciudad y el único que se ha conservado después del incendio. Las luces estaban fuera y había sólo prendiendo velas que se encendían en los balcones de los pisos. Era realmente hermoso y emocionante. Las conmemoraciones si cerrada frente a iglesia de Santa María, donde hubo un recital de coral, un discurso de agradecimiento y un tributo a la ciudad.
Nos sentimos muy felices de haber participado en algo tan típico e importante para la ciudad y para los residentes locales. Es muy interesante cuando estás en un país o en una ciudad diferente, conocer las costumbres y cultura local para tener una experiencia más profunda y también a sentir que pertenece más al lugar donde vives.
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